Hoy iba a ser un día intenso pero muy bonito…lo presentía. No iba a ser un día como el resto en el que vamos a dar clases de inglés y pasar el día con los niños del pueblito y sus gentes…Hoy iba a ser si cabía más especial…
Gracias a las donaciones de la gente íbamos a poder repartir chanclas a todas las familias de Kanganahalli. Recuerdo el Número de cuenta para todos los interesados en hacer una aportación: CAIXABANK SA IBAN ES39 2100 1706 0402 0039 7277 (es número de cuenta español puesto que la fundadora es sevillana y vive en Bangalore desde hace unos años).
Gracias a parte de las donaciones de gente muy generosa se pudo hace unos meses recorrer el pueblo de casa en casa con un listado donde se iban apuntando:
-Número de miembros de la familia con sus nombres
-Talla del pie

Fue una tarea ardua que realizó mi compi Norma junto con otras voluntarias y Silvia antes de empezar yo a colaborar y sin ellas esto no habría sido posible. En India es muy habitual ver a las personas caminando por la calle e incluso caminos rurales llenos de piedras, polvo, espinas, etc sin zapatos… Una de las prioridades para Kanganahalli era que al menos cada persona (fuera adulto o niño) pudiera tener un par de zapatos o chanclas, ya que allí el calor aprieta durante todo el año.
Por fín tras una hora y media larga en coche llena de baches hemos llegado a Kanganahalli!!! Ahí teníamos la estampa habitual al llegar: niños esperando, mujeres con bebés en brazos observando, animales alimentándose, familias sacando agua en tinajas…






En el pueblito de repente se detiene el tiempo…se respira tranquilidad, se respira paz, no te ves en el medio de la ciudad rodeado de contaminación muy alta y sorteando los cientos de motos, tuc tucs, buses y coches que te rodean para no ser atropellado…
Plaza del pueblito


Trabajadores del campo

En Kanganahalli la mayoría de sus gentes se dedican al campo puesto que no hay muchas otras salidas. Solo hay casas o intentos de tener una casa, qué palabra tan sobrevalorada en algunas partes del mundo y qué poquito significa en otras partes como en La India…En muchos casos la «casa»se trata de 4 paredes con alguna silla cogida de la calle, cuyo suelo sirve de colchón y en las que se vive de forma indigna.


Como cada vez que vamos al pueblito todos esperaban impacientes...y ya ni te cuento cuando les comentamos que íbamos a repartir las chanclas, que tenían que entregarnos el token que se les dio el día que se hizo el censo de personas del pueblito con su número de pie…Muchos venían a la plaza principal del pueblo a pedir sus chanclas y fue un momento muy bonito el poder verles tan alegres y entusiasmados de poder recibir por fin sus zapatos.



Pronto y bajo el sol abrasador nos repartimos los listados de las familias y sus números de pie para empezar por orden por las callejuelas del pueblito. ¡La mayoría todavía guardan entusiasmados sus tokens desde hace meses!






Increíble la sensación de ir casita por casita entregándoles sus zapatos…están felices! Aunque no se aprecie en algunas fotos (porque los indios en las fotos se ponen serios) pero estaban encantados y todos quisieron estrenarlas en ese momento…




Y cuando ya estábamos terminando con la gente sucedió una escena muy bonita…Cuando estaban todos alborotados en la plaza y nosotras sudando por darle a todos sus chanclas en cierto orden…se acercó muy sigilosamente una señora anciana de estatura bajita caminando con mucha dificultad con sus muletas y con cierta joroba en la espalda… Daba penita la verdad…Iba super abrigada siendo que estábamos a 30 grados…

La pobrecita tenía una malformación enorme en el dedo gordo del pie derecho que hacía que el dedo se desplazara totalmente hacia un lateral y que no fuera fácil ponerle ninguna chancla… Ella esperaba muy pacientemente y casi no hablaba (por supuesto no hablaba inglés y nos traducía otro chico las pocas palabras que balbuceaba…) y finalmente encontramos unas chanclas que entraban a la perfección en esos pequeños piecitos y ella sonrió y sin más, se giró y se fue de vuelta hacia su casa con sus muletas y feliz con sus nuevos zapatos.


Y qué poco valoramos en el mundo occidental cosas tan simples como poder vestir unos zapatos o un jersey para el frío, como abrir el grifo y tener agua potable, como ponerte malo y poder elegir entre varios hospitales buenos a los que ir, como tener la suerte de poder ir al colegio sin necesidad de ir a trabajar con 12 años, como poder estrenar zapatillas de deporte, como tener una ducha en vez de mojarte con barreños en la calle sin ningún tipo de intimidad, como tener la suerte de que nos vacunen gratuitamente desde pequeños, que podamos elegir a la persona con la que quieres pasar el resto de tu vida, que tengamos acceso a internet con un solo click, que sepamos que los derechos humanos los tenemos garantizados….
Esta experiencia te ayuda a recolocarte en el mundo, a valorar los lujos que tienes, a intentar hacer un pequeño cambio en este mundo cruel…que por poco que parezca…muchas semillitas pueden crear una gran montaña.
La generosidad proporciona una alegría enorme!
Y leyéndote y experimentando sentimientos en piel ajena, reflexionas . Puedes se consciente del funcionamiento de la ley de la relatividad y no serlo de nuestra posición privilegiada. Incluso bajando a nuestro micromundo.
Qué grande Martín Luther King!!!
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Así es!! Gracias Peña!
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